Resumen:
Los avances tecnológicos suceden rápidamente. Hace unos años atrás, los celulares eran dispositivos “tontos” con pequeños teclados. Actualmente, son una parte esencial de nuestras vidas. Hemos llegado a confiar en ellos para la búsqueda de información, la navegación y la comunicación y están presentes tanto en los negocios como en nuestra vida social. Cada nueva tecnología introduce nuevos riesgos de seguridad y mantenerse al día con estos cambios es uno de los principales retos a los que se enfrenta la industria de la seguridad. La seguridad móvil tiene que ver con la protección de los datos: las aplicaciones almacenan nuestra información personal, imágenes, grabaciones, notas, datos de cuentas, información empresarial, ubicación y mucho más. Comprometer el celular de una persona, es obtener acceso sin filtros a su vida. Cuando consideramos que los dispositivos móviles se pierden o roban más fácilmente y que el malware para dispositivos móviles está aumentando, la necesidad de protección de datos se hace aún más evidente. Como es natural, la competitividad y crecimiento de las PyMEs van de la mano con las tecnologías en informática, comunicación y las aplicaciones móviles, gracias a la manera en que estas mejoran la eficiencia de muchos procesos en favor de los pequeños empresarios. Las pequeñas y medianas empresas, PyMEs, representan el grueso del ecosistema empresarial del país, ya que conforman el 75,5% de las compañías formales que hay en Costa Rica. De ahí la importancia de asegurar su información. Por lo tanto, un estándar de seguridad para aplicaciones móviles debe centrarse en la forma en que las aplicaciones móviles manejan, almacenan y protegen la información sensible. A pesar de que los sistemas operativos móviles modernos como iOS y Android ofrecen buenas APIs para el almacenamiento y la comunicación de datos seguros, estas deben ser incluidas en las aplicaciones y usadas correctamente para ser efectivas.